Creer que la depresión es solo una enfermedad que solo afecta a adolescentes y adultos es un mito. La realidad muestra que los niños también se deprimen y deben ser atendidos por los adultos.
Sintomatología
En ocasiones la sintomatología de la depresión puede ser confundida con otro tipo de situaciones, por eso es importante estar atento y consultar con un especialista en caso de tener dudas.
La psicóloga clínica Alma Isabel Pérez Salcedo señala que los síntomas de la depresión infantil se pueden dar en cuatro núcleos:
- Síntomas anímicos: la característica más común es la tristeza que se expresa en sentimientos de abatimiento, pesadumbre, infelicidad e incluso irritabilidad. Es preciso entender que se refiere a cambios anímicos no comunes o que se producen de manera inesperada.
- Síntomas motivacionales: niños que de pronto muestran cambios que alteran su manera habitual de ser y se muestran apáticos, indiferentes y desinteresados en lo que en otro momento mostraban interés. En algunos casos extremos, señala Pérez Salcedo se produce un “retardo psicomotor” que hace que el niño tenga un comportamiento demasiado lento en sus respuestas motoras, incluso en el habla y los gestos.
- Síntomas cognitivos: en este caso el niño deprimido hará una valoración negativa de sí mismo y del ambiente donde se desarrolla. Esto puede generar auto desprecio y baja autoestima. Además, es común que tengan sentimientos de desesperanza y una visión negativa del futuro.
- Síntomas físicos: en ocasiones estos síntomas se desconocen o no se les da la importancia que merecen, no obstante, se vinculan a cambios conductuales que muestran que algo no está bien en lo habitual del niño: pérdida de sueño o mucho sueño, fatiga, pérdida o aumento de deseos de comer, molestias corporales (dolores de estómago, vómitos, nauseas, cefaleas, etc.).
Tratamiento
El médico pediatra y psicoterapeuta infantil Eduardo Hernández González señala que “el tratamiento de la depresión infantil ante todo debe ser individualizado, adaptado a cada caso en particular y a la fase del desarrollo que se encuentra el niño, en base a su funcionamiento cognitivo, su maduración social y su capacidad de mantener la atención”.
Esto implica que no existe un tratamiento uniforme para todos los niños, es precisa una evaluación individualizada y realizada por un especialista que sea capaz de ponderar adecuadamente los síntomas y las posibles causas.
Dadas las características dependientes de los niños, cualquier tratamiento que se le entregue debe involucrar a los padres y/o responsables tutores y el entorno familiar, social y escolar del niño. De otro modo, los efectos del tratamiento podrían ser estorbados por una falta de intervención de los actores principales en la vida del infante.
Terapia psicológica
Cuando se detecta depresión infantil es importante que un psicoterapeuta especializado en niños pueda realizar una terapia psicológica. El Dr. Hernández González señala que las terapias psicológicas más utilizadas son:
Cognitivo-Conductual, basada en la convicción de que la persona deprimida tiene una percepción distorsionada de sí mismo, del mundo que lo rodea y del futuro. Por lo tanto, las técnicas congnitivo-conductuales ayudan a reordenar los pensamientos para visualizar la realidad de una manera más positiva.
- Conductual; en las técnicas conductuales se pretende modificar las conductas o enseñar a manejar situaciones, en suma, está vinculada al aprendizaje de nuevos hábitos y a la modificación de maneras de realizar o enfrentar las actividades cotidianas.
- Psicodinámica o también conocida como psicoterapia psicoanalítica que pretende ayudar a las personas a hacer conscientes sus sentimientos inconscientes.
- Interpersonal, que se centra en establecer las relaciones interpersonales que producen disturbios que provocan o aumentan una depresión. Es considerada una terapia de corto plazo útil en casos de depresión leve.
- Familiar, cuando se trata a todo el núcleo familiar asociado al niño, en este caso entendido como un sistema.
Tratamiento farmacológico
En ocasiones se necesitará una terapia farmacológica que solo puede ser administrada por un médico especialista, para ayudar, especialmente el manejo de algunos síntomas. Los medicamentos que se suministran en estos casos son:
- Los inhibidores selectivos de recaptación de serotonina.
Tratamiento combinado
En algunos casos se requiere un tratamiento que combina medicamentos con terapias psicológicas. Muchos profesionales consideran que esta es la mejor manera de enfrentar la depresión infantil, porque permite un mejor manejo de la sintomatología, especialmente psicosomática.
Conclusión
El tratamiento asignado debe ser guiado por un profesional de la salud mental, sin embargo, la consigna básica es actuar a tiempo. De otro modo, los niños pueden generar secuelas conductuales o cognitivas con efectos negativos en el resto de su vida.
Copyright: Dr. Miguel Ángel Núñez
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artículo sin la autorización expresa del autor.
Originalmente publicado en Suite 101
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